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Menos horas, más productividad: cómo las empresas pueden beneficiarse del cambio de régimen laboral

06.11.2025

Mientras avanza el debate en la región, crece la evidencia de que menos horas de trabajo no solo mejoran la calidad de vida, sino que también impulsan la productividad y competitividad empresarial de la mano del apoyo tecnológico.

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Históricamente, la discusión sobre la disminución de la jornada se centraba en aspectos sociales y laborales. Sin embargo, hoy emerge una perspectiva complementaria, como lo es la oportunidad que esta medida representa para las empresas en términos de eficiencia, gestión del tiempo y retención del talento. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya planteaba acortar la jornada en 1935, pero los primeros pasos concretos se dieron en los años 80, con reformas en Ecuador y Brasil. Actualmente, Chile y Colombia avanzan de manera gradual, República Dominicana prueba un plan piloto, mientras que México y Paraguay mantienen la discusión abierta.

“Este debate ya no es solo social: también es económico y estratégico. Los países y las empresas que logren adaptar sus modelos de trabajo a esta nueva realidad, e implementen tecnología e IA para compensar la reducción del tiempo de trabajo, podrán posicionarse con ventaja en mercados cada vez más competitivos”, sostiene Federico dos Reis, CEO de INFORM Latinoamérica.

Los beneficios para los trabajadores son claros, entre ellos más tiempo para la familia, estudios o descanso. Pero los impactos positivos también se extienden a las organizaciones. Un estudio de Nature Human Behaviour (2023), que analizó 2.896 empleados de 141 compañías en Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos, concluyó que una reducción de horas con igual remuneración aumentó la satisfacción laboral, disminuyó problemas de salud y elevó el rendimiento.

Un ejemplo destacado a nivel internacional es el de Francia, que en el año 2000 implementó una jornada laboral de 35 horas semanales. Si bien la medida generó inicialmente resistencia en algunos sectores políticos y empresariales, diversos estudios han evidenciado resultados positivos. En particular, un informe publicado en 2015 en el Scottish Journal of Political Economy concluyó que la reducción de la jornada no afectó el tiempo de operación del capital, ya que las empresas compensaron la disminución mediante una reorganización del trabajo, la incorporación de procesos más sofisticados y ajustes en los turnos laborales.

 

Impacto local y rol de la tecnología

En Chile, la investigación “Transición hacia una jornada laboral de 40 horas” muestra que las compañías que adelantaron la meta legal ya observan mejoras en eficiencia y gestión del tiempo. Para dos Reis, la clave está en cómo se gestiona la transición: “la reducción de jornada no implica necesariamente una pérdida de competitividad. Cuando se administra adecuadamente, puede convertirse en una ventaja estratégica. Las compañías que integren sistemas de inteligencia artificial para planificar turnos, coordinar ausencias y optimizar recursos, pueden capturar eficiencias superiores a la pérdida de tiempo productivo, pudiendo capitalizar mejor este cambio”.

El ejecutivo subraya que no se trata solo de cumplir con la normativa, sino de utilizar la tecnología como una verdadera aliada.  

“La aplicación de algoritmos inteligentes para confeccionar los turnos del personal permiten que las horas efectivas se aprovechen de manera más productiva. En un escenario marcado por la escasez de personal calificado, ofrecer jornadas más equilibradas puede ser decisivo para atraer y retener al personal clave”, señala.

En este marco, la incorporación de Inteligencia Artificial se vuelve clave para sostener e incluso incrementar los niveles de productividad en las organizaciones. De hecho, un estudio de Microsoft llamado "AI and Productivity Report - First Edition", de 2023, determinó que los usuarios de herramientas basadas en IA, como Microsoft Copilot y GitHub Copilot, completaron tareas entre un 26% y un 73% más rápido que aquellos sin asistencia, indicando un aumento sustancial en la velocidad del trabajo, permitiendo a las personas lograr más en menos tiempo, con resultados de mayor calidad.  

Otro factor decisivo es la escalabilidad. A medida que las empresas crecen y se expanden a nuevos mercados, necesitan herramientas de gestión flexibles y adaptables. Contar con este tipo de soluciones será determinante para que la reducción de la jornada laboral se transforme en una plataforma de crecimiento y no en un límite.

En la práctica, la gestión digital de personal -desde la programación de turnos hasta la comunicación con los equipos- permite reducir costos, minimizar errores y tener una visión integral de la operación. “Lo que partió como un beneficio para los trabajadores evoluciona hoy en una oportunidad de transformación para las empresas, donde la tecnología equilibra la reducción de la jornada y potencia la productividad, la eficiencia y la sostenibilidad”, concluye el experto de INFORM.